Hace algunos días me encontraba en un transporte público, fue muy extraño para mi encontrarme dos veces el mismo día de dos semanas diferentes a un hombre misterioso. Quizás para algunos sea algo normal, pues el dirigirse al mismo lugar como cuestión de trabajo o escuela pues no tiene nada de malo. Pero para mi a sido misterioso por la manera en que me ve tan señaladamente.
Sabe donde me bajo, y por lógica a donde me dirijo, pero es estresante no saber a donde se dirige el, saber cual es su rumbo o quien es, a que se dedica, y que hace. Me lleno de muchas preguntas. El tiene las respuestas sobre mi, pero yo de el ninguna.
Su silencio me dice muchas cosas, sus ojos, su mirada igual. Pero me es difícil distinguir lo que el destino me quiere hablar.
El silencio es un placer, lleno de locura, pensamientos, imaginación, relajación, curiosidad según la situación y muchas palabras en el viento.
Disfrutemos juntos el misterio de la vida, disfrutemos juntos el silencio que se nos regala, ese se da muy poco, pero se disfruta mucho.
Olvidemos el pasado, vivamos el presente, y abracemos el futuro.
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